A veces hay que hacerle caso a Juan Gabriel... Pero qué necesidad?!
A ver, que alguien me explique de qué se trata tanto desdecirse, una fué ridícula ya dos y con alabanzas resulta demasiado sospechosa y en la era del México sospechoso, ya hasta se anda diciendo que don MMH fué amenazado por don Diablo, ajá CSG.
Ora si que como dijo Beltrones, shhhh!
De la Madrid exalta logros de Carlos Salinas En una carta el ex presidente dijo que la gestión de Salinas se caracterizó por una “importante modernización” concretada a través del Tratado de Libre Comercio
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Zombi oficial (Juan Villoro)
El cerebro de un zombi carece de conciencia; en cambio, la mente humana se juzga a sí misma. Esta capacidad depende de condiciones biológicas, pero también de estímulos externos como la sociedad y la cultura, según explica Roger Bartra en su Antropología del cerebro.
El tema viene a cuento porque hemos visto un caso político fascinante. El ex presidente Miguel de la Madrid hizo declaraciones a Carmen Aristegui en las que criticaba a su sucesor, Carlos Salinas de Gortari. Poco después escribió una carta donde se desdecía, argumentando que sus facultades mentales estaban muy mermadas.
La primera duda que surge es la siguiente: ¿a cuál de los dos cerebros debemos creer, al que afirma o al que se retracta? Si el ex Presidente carece de condiciones para pensar, ¿podemos confiar en la lucidez de su rectificación?
Todo parece indicar que Miguel de la Madrid renunció a su conciencia por presiones políticas. Se trata del primer zombi que el PRI fabrica en tiempo real. Lo que el ex mandatario diga de ahora en adelante carecerá de validez.
Después de que sus palabras se transmitieron por la radio, De la Madrid fue visitado en su casa por la nomenclatura priista. Era el segundo acto de un drama del absurdo destinado a negar el primer acto. En nombre de la razón de partido, el dignatario aceptó hacer una reconsideración de su cerebro. Su conciencia se ajustó al discurso oficial.
El trabajo de enmienda continuó horas después con una carta de Salinas de Gortari en la que describió el penoso estado de salud de su predecesor. Con aplomo de neurólogo, informó que el 30 por ciento del cerebro de De la Madrid carece de adecuada irrigación.
El asunto se podría dirimir en un cónclave médico, pero sabemos que el diagnóstico forjado desde la política será inmodificable.
La verdad es una noción resbaladiza y nadie es su dueño absoluto. Las declaraciones de De la Madrid podían ser refutadas y discutidas. Quien declara no puede desprenderse de su subjetividad. Nada garantiza que sea objetivo. Lo que afirma debe ser contrastado con otras versiones. El hecho de que De la Madrid se haya descalificado arroja luz sobre el impacto de sus visitantes, pero también sobre la importancia de lo que dijo. Nadie se preocupa por un delirante. Si el ex Presidente hubiera dicho: "cuando yo era Napoleón inauguré el Mundial de 1986", habría inspirado lástima y nada más. El peso de sus opiniones se mide por la celeridad con que se retractó.
Ante Carmen Aristegui, De la Madrid no ofreció un versión única e inmodificable de la historia reciente. En vez de rebatirlo, sus compañeros de partido optaron por un remedio sanitario. Esta reacción defensiva subrayó lo que pretendía ser anulado y aportó mayor credibilidad a lo dicho por el ex Presidente. Como no volverá a opinar, ése fue su testamento político.
Oficio de tinieblas, la política mexicana ha silenciado y suprimido versiones incómodas de los hechos. El PRI perfeccionó el procedimiento durante 71 años en el poder. Ahora algunos de sus miembros han brindado una versión psiquiátrica de la comunicación social.
En su novela Respiración artificial, Ricardo Piglia explora la forma en que se construye un discurso histórico. Muchos años después de fracasar en la política, un personaje se retracta de lo que ha sido y confiesa en forma dramática: "Ahora soy un traidor a mi propio pasado del mismo modo en que antes fui un traidor a mi propio porvenir".
De la Madrid se descalificó por escrito. ¿Qué sucedió? El episodio recuerda el lema de la revista Duda, que aludía a los misterios esotéricos, pero brindaba una clave de nuestra política: "Lo increíble es la verdad".
Saludos
Jesús Reyes (alias RS)
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