Dick Cheney sufrió algún torzón en la espalda por estar acomodando en cajas sus pertenencias, por eso salió en silla de ruedas. No entendí las pantuflas. Pero lo mejor y lo más atinado de la silla de ruedas fué su parecido con Dr. Strangelove, el personaje de la película de Kubrik interpretado por Peter Sellers.
Al final, los Obama acompañaron a los Bush hasta el helicoptero, para asegurarse de que se subían. Lo mismo hicieron los Biden con los Cheney. Ya empacado el cuarteto del terror, Estados Unidos respiró. Bueno no tanto cuando el helicoptero pasó por encima del Mall washingtoniano, todavía lleno...
Después firmó para que sean aceptados todas sus nominaciones, menos aquellas que faltan de aceptación por el Senado.
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