La dieta tradicional, baja en grasas saturadas y alta en nutrientes como los flavonoides*, esta basada en vegetales, frutas, granos no refinados, aceite de oliva para cocinar y como aderezo, y algo de vino, todo ello consumido diariamente.
Adicionalmente pescado, aves, nueces, huevos, queso y dulces semanalmente y carne roja, azúcar refinada o harina, mantequilla y otros grasas y aceites consumidos raramente o nunca.
Una investigación realizada durante los 90s mostró que las personas de los países Mediterráneos vivían más tiempo y con niveles mucho más bajos de enfermedades serias, a pesar de tener hábitos poco sanos como fumar o beber. Hasta hace poco, pues hoy esa protección se ha erosionado. Hace una generación la típica dieta Mediterránea cumplía con todas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud: que menos del 10% de las calorias provenga de grasas saturadas y que se consuman menos de 300 miligramos de colesterol al día.
Hoy varios países del Mediterráneo sufren las consecuencias de la Macdonalización: Obesidad en menores de edad y sus fatales consecuencias.
* Fuentes de flavonoides incluyen las frutas cítricas, las moras, el ginko biloba, las cebollas, el perejil, legumbres, el té, especialmente el té verde y el blanco, el vino tinto, el chocolate oscuro (más del 70% de cocoa).
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